En el año 1812 Napoleón dirigió un enorme ejército de 600.000 soldados hacia Rusia. En apenas unos meses, debieron batirse en retirada ante el enorme fracaso militar sufrido. Se calcula que casi 400.000 soldados perdieron la vida en esa campaña.
Las tesis más extendidas entre los historiadores achacan este fracaso a las inclemencias del brutal invierno ruso. Otros autores sostienen que fue el tifus la causa real del fracaso tras un escalofriante descubriento. En 2001, en Vilna (Lituania), trabajadores de instalaciones telefonicas
descubrieron una gran fosa común con casi 3.000 esqueletos. Los
científicos determinaron, tras numerosas pruebas genéticas, la presencia de rastros de tifus en los cadáveres. Se calcula que en la primera semana de la contienda, 6.000 soldados cayeron enfermos
de tifus. En aquella época, se desconocía que los piojos transmitieran
enfermedades. Este hecho, añadido a la estrepitosa falta de higiene, dio
vía libre a la propagación del tifus a través de estos incómodos
parásitos. El hallazgo aportaba una nueva perspectiva de la invasión rusa y del desastre militar más importante sufrido por el emperador francés, y contradice la creencia de los botones de estaño cómo causa del desastre.
Vía: quo