LOS TIZNAOS - Los camiones protegidos de la Guerra Civil Española

La producción propiamente española, ante la escasez de este tipo de vehículos al principio de la guerra civil,  se reduce a un intento de fabricar tanques  en  Barcelona y en Bilbao y a la fabricación de camiones blindados. Estos camiones se fabricaban añadiendo un blindaje artesanal a los vehículos, que fueron llamados por la población "tiznaos" debido a su camuflaje. Se utilizó como base camiones, autobuses, maquinaria agrícola o de obras públicas, y para su blindaje se utilizaron chapas de distintas calidades y grosores. En algunos casos, se llegó incluso a utilizar colchones atados a base de cuerdas en los laterales de los vehículos. En ocasiones se comprobaba la eficacia del blindaje con disparos de fusil, lo cual provocó algún accidente ocasionado por el rebote de los proyectiles. En algunas ocasiones, debido al afán de dotar los vehículos de una mayor protección, se aumentaba tanto el espesor del blindaje que aumentaba demasiado el peso del vehículo, impidiendo de esta manera que el vehículo maniobrara con libertad y limitando mucho su velocidad; de manera que sólo podía desplazarse muy lentamente con marchas cortas y en terrenos totalmente llanos. En combate, los de peor diseño y construcción apresurada, fueron puestos rápidamente fuera de combate; los que fueron construidos con un diseño más estudiado y con mejores medios técnicos, como los construidos por las fábricas de Barcelona, tuvieron una vida más larga, aguantando algunos de ellos los tres años de guerra, bien en el bando en el que fue construido o en el contrario si eran capturados. Claro está que no tuvieron, ni muchísimo menos, tanta importancia  bélica como los blindados rusos, pero la variedad de modelos, la fealdad (casi monstruosidad) fruto de la improvisación y la cantidad de mensajes y siglas de sindicatos con los que iban decorados los hacen sumamente interesantes, no solo de cara a los modelistas, sino también a aquellos amantes de las curiosidades de la Historia.  Es suficiente con observar las fotografías de algunos de estos armatostes para darse cuenta de lo que digo;  valga como ejemplo el camión blindado que encontraron las tropas nacionalistas cuando entraron en Aranda, que a mí personalmente me recuerda a un hipopótamo, o el monstruoso artefacto parecido a un Schneider que circuló en 1936 por las calles de Madrid, posiblemente algún prototipo del tractor blindado Landesa de 1934. La diversidad y extravagancia de muchos de estos artefactos es fruto de las prisas, de la urgencia del momento, que obligó, no sólo a blindar camiones, sino también autobuses y tractores. Algunos de estos vehículos fueron recuperados para sus habituales quehaceres una vez finalizada la guerra, después de librarles del blindaje. Otros pasaron a formar parte del parque móvil de los vencedores, y los más fueron destruidos o resultaron totalmente irrecuperables.

Además de los tiznaos se han de tener en cuenta los camiones protegidos, muy usados durante la campaña de Marruecos  y en otros lugares como en Asturias durante la revolución del 1934. Algunos de estos vehículos aun estaban en servicio al inicio de la guerra civil. A diferencia de los tiznaos, los camiones protegidos estaban basadas en proyectos y planos serios y estaban mucho más trabajados, además se fabricaban en series, no eran vehículos únicos (como mucho tres o cuatro ejemplares) como los tiznaos. Los camiones protegidos empezaron a fabricarse gracias a la buena impresión que produjo la actuación de los vehículos  en Marruecos, se empezaron a planear proyectos aplicando blindajes a diferentes chasis de camiones. De manera que en 1911 el Arma de Ingenieros, que contaba con la Escuela de Mecánicos Automovilistas, creada por el  Centro Electrotécnico y de comunicaciones de Ingenieros, contaba en el 1921 con 21 camiones protegidos, pero dada la demanda existente de escoltas para las columnas de pertrechos, suministros, etc. en Marruecos, se inició el blindaje en serie de camiones, no de forma caótica, sino siguiendo de forma precisa unos planos. También se fabricaron  camiones semiprotegidos, eran camiones a los cuales se les añadía un blindaje menos elaborado que a los protegidos, pero siguiendo también unos planos estrictos.

La fabricación de camiones blindados no se limita a las fases iniciales de la guerra, aunque la llegada de los tanques rusos alivió la necesidad de automóviles blindados existente al principio de la contienda,  después del fiasco sufrido por el ataque de tanques BT-5 en Fuentes de Ebro, las tripulaciones de tanque rusas fueron disminuyendo, siendo totalmente españolas a finales de 1937; asimismo se acabaron los grandes embarques de tanques. Todo esto obligó al coronel Sánchez Perales a reorganizar las fuerzas blindadas republicanas: las cuatro brigadas blindadas existentes, un regimiento de tanques y las unidades pequeñas se unieron en dos divisiones blindadas. El ejército republicano intentó recuperar el déficit de equipo mediante la producción local, de escasa calidad a excepción de un número de camiones blindados producidos en Valencia. Como resultado, en 1938 la fuerza blindada republicana tenía 176 tanques y 285 automóviles blindados, y en diciembre de 1938, 126 tanques y 291 automóviles blindados. El carácter de la fuerza blindada continuó cambiando en la dirección de aumentar la fuerza de automóviles blindados improvisados conforme el número de tanques iba disminuyendo.

Respecto a los intentos que hubo de fabricar tanques (que se quedaron en intentos), en Barcelona se intentó adaptar a este cometido tractores agrícolas, mientras que en Bilbao llegaron a construirse unos artefactos que Etxebarría definió como “tanques de juguete que se paraban en mitad de la calle y tenía que apearse el conductor para ponerlos en marcha con una manivela". En la fotografía de la izquierda se puede ver a Manuel Azaña, presidente de la República, que visita una de las fábricas de Barcelona dedicadas a transformar tractores en tanques. Le acompaña el presidente de la Generalitat,  Lluis Companys. Estos “tanques” podían tener alguna utilidad en la lucha callejera, pero era nula su utilidad en campo abierto. No podían llevar cañones de mucho calibre y los blindajes eran insuficientes ante las nuevas armas.
Incluyo a continuación una galería con diversas fotos de estos cachivaches, ordenadas por zonas y series, con el objetivo de aproximar un poco el mundo de los "tiznaos" y los camiones protegidos al lector:

Más información en fotosmilitares.org

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